martes, 2 de febrero de 2010

Un posible futuro tras la crisis

¿Quién pagará la crisis? Los Trabajadores, por supuesto... ¡Como siempre!
¿Algún iluso creyó que la pagarían los responsables, esto es, los grandes capitalistas que han jugado a la ruleta rusa con los ahorros de otros?

¿Cómo se ha hecho esto y cómo seguirá?
Es un proceso que tiene unos planificadores con unas intenciones y una dirección determinada. Veámoslo.
  1. Cualquier capitalista sabía que el boom inmobiliario en EE. UU. y otros países tendría su final; no era la primera vez que esto pasaba. Las ratas fueron abandonando el barco pero intentando antes exprimir la gallina al máximo. Los más avispados se basaron en el conocido principio de maricón el último y algunas fueron arrastradas. Recomiendo ver los vídeos del Crash Course para aclarar dudas.
  2. Una vez iniciada la crisis, se mete miedo a la gente. De eso se encargan los medios de persuasión (comunicación). Nos bombardean con cifras de paro, de empresas que cierran, de dramas personales, etc. para que así seamos más asustadizos y por tanto más dóciles y fáciles de dominar y manipular. Durante esta fase, el gobierno progresoide de ZP dijo y repitió hasta la saciedad estar al lado de los trabajadores y no ceder ante el chantaje de la patronal. Era pura fachada.
  3. Una vez asustada la clase trabajadora, se empiezan a mostrar como inevitables medidas muy impopulares. Así, ZP nos ha hecho creer (sin apenas esfuerzo) que aumentar la edad de jubilación es condición sine qua non para garantizar el futuro de las pensiones. Los formadores de opinión, tanto de derecha como de centro derecha, cobran mucho por esto. Lo de rebajar las pensiones mediante el aumento del periodo de cálculo no lo han afirmado abiertamente, pero empezará a parecer inevitable en breve. Quizá estén calculando cómo sobornar a los sindicatos o a que aumente aún más el paro. Así, este mes, en vez de dar los datos de desempleo del INEM han dado los de la EPA, que siempre son más altos. Hemos llegado a 4 millones de parados y el gobierno, que en otro momento habría sacado a la luz los datos del INEM y hubiera protestado enérgicamente, apenas ha lamentado la cifra, asumiéndola como verdadera. Si se fijan, el gobierno progresoide que decía defender a los trabajadores, que no cedería ante las cavernícolas pretensiones de los empresarios y neoliberales, ha pasado a hacerse fotos con ellos, y a hacer parecer "inevitable" una reforma laboral, una más. Está claro que estamos en esta fase.
  4. Se ejecutarán las medidas impopulares: a las anteriores pueden ir sumando la despido libre, privatización de la sanidad, la educación y alguna otra. Nos meterán cualquier cosa, ya que nos parecerá ... inevitable. Es posible que en esta etapa, los sindicatos mayoritarios hagan un poco el paripé, pero a sus cúpulas ya las están callando (cosa que no requiere mucho esfuerzo). Por cierto, las medidas más duras las tomará el partido de la oposición, que llegará como salvador. Previamente, los medios habrán hablado de la necesidad de "un gobierno fuerte" (autoritario) que adopte medidas "impopulares pero necesarias". También nos habrán hecho creer que el estado "tiene que adelgazar" y otras perversidades por el estilo.
  5. Vendrá una "etapa feliz". Una vez tomadas las peores medidas, nos harán creer que todo va mejor ahora. Se creará más empleo (más precario, eso sí), el dinero fluirá más porque los bancos centrales así lo decidirán (ahora han restringido su circulación) y en definitiva, estaremos peor que hace unos años pero nos harán creer que somos afortunados por tener trabajo. ¡Ah! Los servicios básicos, privatizados y quizá se aumente nuestra jornada laboral porque será ... inevitable.
  6. Nuevo boom de algo. Empezará el ciclo de nuevo.
Hay, al menos, una salida. Pasa por organizaciones de base, por desenmascarar a estos políticos, por movilizarnos en los centros de trabajo, por reventar las cúpulas sindicales y sobre todo, por la toma del poder real, y esto incluye el poder político

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