lunes, 16 de noviembre de 2009

La vida sigue ¿igual?

Estos días no he escrito pero vaya si han pasado cosas: la derechona sigue empantanada en el caso Gürtel, en escándalos de corrupción en las Baleares y básicamente, allá donde gobierna. Pero siguen tan infames como siempre: acusan al gobierno de traición por el caso del bar Faisán, le echan la culpa del secuestro del atunero Alakrana, o bien lo de espiarles ¡con un sistema que montaron y legalizaron ellos! También fomentan su papel de víctimas, de pobrecitos. El ejemplo más patético lo dió el presidente de la Comunidad Valenciana, don Francisco Camps, en el Parlament con lo del asesinato, la cuneta y demás majaderías. Y si nos remitimos al último show mediático montado en Barcelona por los peperos, parece que lo de Gürtel ya está superado y aquí no ha pasado nada.

La culpa de la corrupción del PP la tiene siempre el PSOE, los jueces, los medios de comunicación o incluso Felipe González, pero ellos no. El hecho de que la trama afecte al tesorero del partido, a varias comunidades autónomas gobernadas por ellos (Madrid, Valencia, Galicia y Castilla y León) o de que el tufo se impregne en el yerno del ex-presidente Aznar no les hace cambiar su discurso victimista y escaso en eso de "asumir responsabilidades".

A veces creo que el PP es una superestructura política montada para que unos cuantos mangantes se enriquezcan al amparo de otros que gobiernan. En realidad es algo peor.

Un ejemplo más de la calaña de esta gente es la CCM. La CCM fue intervenida por el Banco de España porque tenía un agujero tremendo. Antes de esto, todas las decisiones estratégicas de la CCM fueron tomadas por unanimidad por los consejeros del PP y PSOE. Pues bien, el PP, por boca de Cospedal, acusó al PSOE de los despropósitos en la gestión de la CCM, despropósitos a los que habían contribuido ellos. Las ratas suelen ser las primeras en abandonar el barco cuando se hunde, pero ellas no le echan la culpa a nadie. Un caso parecido sería el de el sistema de espionaje que los del PP pusieron en marcha cuando Rajoy era Ministro del Interior: la culpa sigue siendo de otros.

¿Y los progresoides? Siguen con su labor paralela, si bien no están tan podridos como la derechona prepotente acostumbrada a la "caja libre", los del PSOE fomentan el estado policial. Ahora, Rubalcaba quiere tener controlado a todo quisque con eso de identificarse a las operadoras de telefonía móvil aunque lleves un móvil prepago. No tienen bastante con espiarnos sino que además quieren tenernos plenamente controlados. Parecen de la Gestapo.

Así nos va. La vida sigue igual.