martes, 21 de diciembre de 2010

Luis del Olmo: la crisis en directo

domingo, 5 de diciembre de 2010

Estado e infamia

Las sorprendentes filtraciones de Wikileaks nos confirmar la imposibilidad de confiar en quienes nos gobiernan reflejando claramente lo que ya todos sabemos: lo que se muestra a los ciudadanos y lo se hace en la sombra es radicalmente distinto. La verdad no interesa cuando hay intereses en la mentira, cuando se descubren los hilos que tejen una estructura de poder mucho más sombría de lo que podemos imaginar. Más allá de las filtraciones que salgan a la luz en Wikileaks, unas más relevantes que otras, la cuestión que resalta, el tema de fondo, es si una sociedad solamente puede conocer la verdad a través de actos de espionaje, como se han calificado, y por qué no es legítimo que todo lo que estamos conociendo llegue de forma natural y directa al ciudadano. Enseguida vendrán las cuestiones de seguridad interna y diplomática para excusar las faltas de un poder que abusa de su capacidad de mando, conferido por los ciudadanos en acto democrático, conformando –sin embargo- un gobierno como los de antes, aquellos absolutos que cínicamente lo hacían todo por el pueblo pero sin el pueblo. Todo esto ha venido en un momento en el que la seguridad económica y social de las personas también está siendo puesta entre paréntesis, abogando por un recorte de gastos, de austeridad, que consiste en asfixiar a los que menos tienen para dar un desahogo a los que más tienen: el mercado financiero. Por ello, el llamado ‘estado de bienestar’ está desapareciendo paulatinamente, diciéndonos que la única solución pasa por la privatización de todo, para que sigan siendo ricos los que siempre lo fueron.


El Estado lleva el camino de convertirse en una empresa más, envuelta en intereses, como nos muestra Wikileaks, que nosotros apenas soñamos sospechar. Así ha ocurrido en el conflicto del Sahara Occidental y Marruecos, donde se mira para otro lado, a pesar de la evidente violación de los derechos humanos por parte de Marruecos, solamente porque no conviene geo-estratégicamente o como se quiera llamar, que siempre será el mismo nombre con distintos sinónimos, esto es, el dinero. Y en las estructuras actuales el dinero siempre llega a los mismos, empezando por los bancos que luego lo reparten con intereses esclavistas. Ese caballero poderoso lo sigue moviendo todo y nos muestra las miserias de un poder que corre tras él sin mirar lo que va arrasando a su paso. La ciudadanía vive ajena a las circunstancias del mundo, simplemente tiene el derecho a mirarlo a través de la ventana del televisor y cada vez comprende menos qué ocurre, porque ve que lo que se hace no va con ellos nunca. La ciudadanía deposita el voto y por ello, lo que el poder piensa es que merece ser engañada ejemplarmente, con la mejor campaña publicitaria y de frases hechas que pueda decantar o mover el voto en una dirección u otra, pero, como bien sabemos, eso es lo que menos importa, esa farsa de los partidos políticos, la cortina de humo del poder real, ya no se la cree nadie. Un argumento defendido por uno pasa a la boca del contrario en menos de lo que canta un banquero en sugerirlo o tras un mal día de bolsa. Como siempre, los filósofos ya sabían esto hace tiempo y sus palabras parecen haber sido escritas hoy mismo, como en el caso de Schopenhauer, quien define al Estado como: “esa obra maestra del egoísmo inteligente y razonado”. A propósito de Wikileaks también nos valen las siguientes palabras de Schopenhauer refiriéndose a cuando queda en evidencia lo que oculta el Estado: “se verán estallar a la luz del día los apetitos insaciables, la sórdida avaricia, la falsedad secreta, la perversidad, la perfidia de los hombres”. No queda mucho más que decir, la infamia está servida desde hace mucho tiempo en la forma de una gran pantomima que sufrimos cada día esperando que alguien nos redima de la fatal soga que dirige nuestras vidas, es decir: la estructura del poder organizado, la mafia legal cuyos juegos en la sombra cincelan el mundo en que vivimos. La verdadera infamia ha sido decir que había una crisis cuando lo único que había era una necesidad imperiosa de mayor poder y control sobre el individuo.


por José Manuel Martínez Sánchez

http://lashorasylossiglos.blogspot.com


miércoles, 1 de diciembre de 2010

Los desayunos de TVE, un medio público cualquiera

Esta mañana de 1 de diciembre de 2010, a pesar de que mi dolor de cabeza, garganta y los escalofríos, he visto el programa Los Desayunos de TVE, en el que diversos políticos y opinadores hacen apología de la ideología del "establishment". Afortunadamente, no ha podido estar la líder xenófoba del PP en Cataluña, doña Alicia Sánchez Camacho, porque no sé si mi delicada salud lo hubiera podido soportar.

Quiero hablar del papel de los opinadores o tertulianos. Pinchando en el vínculo anterior pueden verlos. Estos señores desempeñan labores trascendentales en el sistema:
  • Difundir la ideología neoliberal y el pensamiento único: son los portavoces de grandes conglomerados mediáticos y empresariales. Hoy, las palabras más mentadas han sido mercados, deuda, confianza, liberalización y otras por el estilo. Nos hacen creer que es bueno que el traidor que nos gobierna, alias Zetaparo, ha hecho bien al quitar los 426 euros para parados de larga duración y una rebaja fiscal a PYMES y autónomos, o lo que es lo mismo: quitar dinero a la gente que está en paro para dárselo a los empresarios. De tocar las rentas más altas ni hablar.
  • Quieren hacernos creer que hay pluralidad, diversidad, pero las mínimas diferencias que hay entre ellos son de matices, nada más. Son dos caras de la misma moneda. Hacernos creer que entre PP y PSOE hay diferencias es tomarnos por tontos. Aún así, muchos telespectadores discuten acaloradamente las propuestas de unos y otros en programas como 59'', El Gato al Agua o cualquier otra supuesta tertulia. Creen que dichas propuestas son radicalmente distintas. Eso es un truco para mantenernos dormidos y entretenidos. Se puede concluir que el rango ideológico oscila entre la derecha extrema del PP y sus medios al progresoidismo liberaloide de derechas del PSOE.
  • Ignorar, ridiculizar o degradar todo tipo de propuestas alterglobalizadoras: ya ni las nombran salvo por urgencia de actualidad. Es lo mejor, hacer como si no existieran.
  • Un truco importante que emplean estos opinadores es mostrarse como buena gente. Son lobos con piel de cordero. Si una familia con todos sus miembros en paro pudiera dar su opinión sobre la eliminación de los 426 euros, estoy seguro de que no dirían que es una buena medida pero que llega demasiado tarde, tal y como algún infame tertuliano ha dicho hoy en la TV. Claro, ese señor está muy bien pagado y no pasa penurias como sí hace la familia citada. A dicha familia nos la pintarán como parásita del estado. No tienen escrúpulos. No nos dicen que los verdaderos parásitos del estado son los bancos o "mercados", esa gentuza que sabe que puede comprar deuda pública de un país con intereses estratosféricos con riesgo cero, ya que, en caso de fallar, están los famosos "rescates financieros". Como se puede ver, siempre hay ayuda a la banca y no a la gente normal y corriente.
¿Qué podemos hacer? Porque sí existen alternativas a la tiranía de los mercados y al neoliberalismo imperante. Existe un potente movimiento mundial alterglobalizador y es clave difundir sus ideas ya que están pensadas para las personas, para la gente y no para los "mercados".
  • Difundir, fomentar y profundizar en las propuestas de la izquierda alterglobalizadora. Muchos de nosotros recibimos a diario correos electrónicos con varias chorradas adjuntas que suponen una pérdida de tiempo considerable ya que los vemos y luego los reenviamos. Podríamos enviar direcciones de webs interesantes, como Rebelión, Insurgente, LibreRed, Attac, Vicenç Navarro, Venezolana de Televisión, etc.
  • Elaborar un programa conjunto entre las fuerzas de izquierda, un programa de mínimos. Ver qué nos une y trabajar sobre ello. Si caemos en cuenta de que tenemos más cosas en común entre nosotros que con los neoliberales del PP y PSOE, otro gallo nos cantaría. Normalmente, las gentes votan a unos para que se vayan los otros y el sistema se perpetúa.
  • Crear medios de comunicación alternativos, como una televisión digital. o una radio La caverna tiene sus medios -infames, por cierto- como Intereconomía o Veo 7 y nosotros no tenemos nada. Podríamos crear una cadena de TV llamada La Roja o algo así.
  • Aclarar a nuestro entorno cercano en el día a día. Cuando vamos de compras, al hospital, en cafeterías, escuchamos a alguien que habla muy acaloradamente de política. Normalmente repite como un loro lo que escuchó la noche anterior en vomitoprogramas como 59'', El Gato al Agua o tertulias de distintas cadenas de radio. Además, esa persona se suele creer informada. Y normalmente, las ideas que difunden los medios son las que les interesan a sus dueños. Esa persona, supuestamente informada, y casi siempre resentida, está siendo un portavoz del neoliberalismo y está siendo utilizada como un monigote por el sistema. No es consciente de ello y es necesario y urgente aclararle las cosas, confrontando lo menos posible, hablando con alegría de una alternativa que favorezca a la mayoría de la población. Por que una cosa está clara: somos más que ellos.