De pequeño, yo quería ser astronauta. Soñaba, como tantos otros, que un día iría al espacio. Quería ver la Tierra desde lo alto y luego, adentrarme en las profundidades del espacio. Yuri Gagarin era mi héroe. De hecho, hace años usé "Yuri" como nick cuando chateaba en el IRC ... hasta que alguien más avispado lo registró.

El 12 de abril de 1961, a bordo de la nave "Vostok 1" (Oriente 1), Yuri Gagarin hizo realidad el deseo humano de volar más allá del cielo y eso fue posible por el esfuerzo de un pueblo, el soviético, que después de haber sufrido el atraso crónico bajo los zares, las purgas de Stalin y sobre todo, el horror de la invasión nazi (30 millones de soviéticos muertos), se sobrepuso y tan solo 16 años después del final de la II Guerra Mundial, puso a un hombre en órbita. Se adelantaron así al capitalista EE. UU., a lo que creían que sólo con más dinero se podía hacer cualquier cosa. Gracias a este vuelo sabemos que no es así, que lo que realmente necesitamos es colaboración, solidaridad, esfuerzo, unión y fe en lo mejor del ser humano y en el futuro.
Conviene recordar la hazaña de Gagarin y situarla en su contexto histórico: un pueblo humilde y atrasado que históricamente había sido despojado de casi todo, lo logró. Y lo hizo frente a su gran adversario ideológico. Lo que lograron los Korólev, Gagarin, Leónov, Titov, Tereshkova y compañía tuvo mucho, muchísimo mérito.
Destacaría dos frases célebres de Gagarin:
- "Poyejali!", que significa "¡Vámonos!" y que pronunció cuando el cohete despegaba.
- "Pobladores del mundo, salvaguardemos esta belleza, no la destruyamos".
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