El camarada del PCE Juan Carlos Muñoz me ha enviado este interesante comunicado del Colectivo VEGA que me tomo la libertad de publicar.
Estamos a
finales del siglo XIX. En España, se podría decir que en la década de los años
50, que para eso tenemos una historia reciente con peligro de repetirse. Queda
la beneficencia, si acaso la Asistencia Social. No hay equipos. No hay intervención
ni prevención. Nadie la echa de menos. Los grandes medios y los grandes
partidos sólo hablan de Dependencia y de comedores sociales. No hay futuro.
¿Resignación? Debemos movernos y mover a los responsables.
Cada vez que
se quiere explicar qué son los Servicios Sociales, en Castilla-La Mancha, hay que
remitirse a un pasado que empieza a ser cada vez más lejano. Lejano porque va
pasando el tiempo, pero también porque cada vez es más complicado pensar en que
algún día se pueda volver a explicar en presente.
Todo lo que
diferenciaba los Servicios Sociales de la Beneficencia y la Asistencia Social
ha sido ya exterminado en esta Comunidad, primero poco a poco y después de
manera brutal.
Todas aquellas
funciones que los Servicios Sociales desarrollaban de prevención, intervención
social, empoderamiento de personas y colectivos, etc. Se han dejado de prestar
porque no quedan ni los profesionales que las desarrollaban ni existe un solo
euro destinado a estos servicios. El dinero que antes se gestionaba desde los
Servicios Sociales Básicos se está desviando a la caridad y beneficencia de
Cruz Roja, Cáritas y similares (por ejemplo, “Socorro de los pobres” en Toledo,
si, en pleno siglo XXI).
No existen ya
los equipos multidisciplinares que permitían llegar al origen de los problemas,
e intentar la solución de los mismos y su prevención. En lugar de esto, hay
profesionales pagados como Trabajadores Sociales, pero con funciones meramente
administrativas, con las manos atadas, sin instrumentos ni tiempo para hacer
intervención social ni Trabajo Social. Y, para colmo, ninguna ley asegura la
permanencia de ninguna otra figura profesional de la intervención social en
nuestro territorio.
La principal
razón de ser y el origen de los Servicios Sociales fue la de intervenir con las
grandes bolsas de trabajadores pobres y excluidos que generó la Revolución
Industrial, con el origen de esa exclusión y esa pobreza, para poder superar
individual y grupalmente esa situación que la explotación por parte del capital
se ejercía sobre los trabajadores y trabajadoras y sus familias. Lo que en
principio fue Asistencia Social (que superaba a la propia Beneficencia),
evolucionó de forma natural con las aportaciones de las Ciencias Sociales Aplicadas
(Trabajo Social, Educación Social, Psicología Social, etc.) hacia los Servicios
Sociales que llegamos a conocer. Pues bien, estamos ya otra vez en el origen de
todo y con unas condiciones sociales que se parecen ya casi de manera calcada a
las que existían entonces, en el mismo punto que en Inglaterra a finales del
siglo XIX, o para mejor entender, en la España de los años 50: pobres que
seguirán siendo pobres a los que hay que dar de comer y un techo común, y si
eso lo hacen voluntarios y religiosos cristianos, pues mejor que mejor.
Lo que las
Ciencias Sociales Aplicadas han podido aportar a nuestra sociedad eran cosas
buenas, muy buenas, pero quizá chocan con los intereses generales de un
sistema, el capitalista, que se basa en que las decisiones no las toman,
precisamente, sus ciudadanos, y menos aún unos ciudadanos organizados y con las
ideas claras de la defensa de sus intereses. Unos Servicios Sociales Públicos,
haciendo bien su trabajo, transformando la realidad para mejorar la vida de
todas las personas, son un enemigo al que el capitalismo está combatiendo. Que
nunca se nos olvide.
Colectivo VEGA
Castilla-La Mancha, 22
de enero de 2013
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